La integración de IA en plantas de manufactura, energía, gas, agua y farmacéutica impulsó una nueva generación de operaciones inteligentes en Colombia. La transformación no solo mejora tiempos y calidad, también redefine los modelos de negocio y los perfiles laborales.

Imagen: Stefanini Group
La transformación de la industria en Colombia y América Latina dio un paso firme hacia la consolidación de la Industria 4.0, con la inteligencia artificial (IA) como eje estructural del cambio. Así lo afirmó Rérison Otoni, líder de la práctica de Smart Manufacturing en Stefanini Group, al destacar que la IA dejó de ser una promesa futura para convertirse en un motor tangible de eficiencia operativa, sostenibilidad ambiental y mejora en la toma de decisiones.
En sectores como energía, exploración y distribución de gas, la aplicación de IA generó mejoras cuantificables en productividad y automatización, mientras que en Colombia, industrias como la farmacéutica y las de servicios públicos (agua, energía, gas) comenzaron a modernizar sus procesos con soluciones inteligentes de monitoreo, mantenimiento predictivo y control de calidad.
Optimización operativa y reducción de costos
Una de las ventajas más visibles de la IA en el entorno industrial fue la optimización de procesos productivos. Las plantas que adoptaron modelos de IA lograron mejorar sus tiempos de respuesta, anticiparse a fallas, automatizar la fabricación y reducir el consumo de recursos.
Según Otoni, tareas que anteriormente requerían hasta cinco años de modernización pudieron completarse hasta un 50% más rápido, gracias a soluciones basadas en IA que agilizan la reconfiguración de líneas de producción, permiten diagnósticos más precisos y multiplican la capacidad de las plantas sin necesidad de grandes inversiones físicas.
En paralelo, los costos operativos bajaron por la reducción en consumos clave como agua, energía o materias primas, y por la eficiencia obtenida al liberar a los operarios de tareas repetitivas, redirigiéndolos hacia roles de supervisión, análisis o programación.

Calidad, seguridad y cumplimiento normativo
Otro de los aportes destacados fue el aumento en la calidad de los productos, especialmente en industrias sensibles como alimentos y bebidas. Procesos complejos como la limpieza entre ciclos de producción —pasar de una gaseosa a un agua, por ejemplo— alcanzaron niveles de precisión superiores mediante sistemas de IA capaces de ejecutar validaciones en tiempo real y cumplir con normativas internacionales.
En materia de seguridad, la IA fue aplicada al análisis de cámaras y sensores para detectar comportamientos inseguros o errores en el uso de elementos de protección personal. Además, se incorporaron dispositivos portátiles que monitorean signos vitales, fatiga o exposición a sustancias peligrosas, mejorando la salud ocupacional y reduciendo los accidentes laborales.
Decisiones basadas en datos: el nuevo estándar industrial
La digitalización del proceso productivo permitió la captura continua de datos desde máquinas, sensores, robots y sistemas ERP. La IA convirtió esos datos en información procesable, habilitando una toma de decisiones más ágil, precisa y estratégica.
Mediante algoritmos predictivos, las empresas lograron:
- Anticipar la demanda y ajustar sus líneas de producción.
- Optimizar el inventario y la cadena de suministro.
- Reducir el desperdicio de materiales y energía.
- Identificar patrones de consumo o de falla.
Además, muchos procesos de toma de decisión comenzaron a automatizarse con ayuda de modelos entrenados para reconocer tendencias, desde el comportamiento del consumidor hasta la fluctuación de precios o tiempos de mantenimiento óptimos.
Sostenibilidad: de discurso a práctica operativa
La industria también integró IA como parte de sus estrategias de cumplimiento de metas ESG (ambientales, sociales y de gobernanza). Gracias al análisis inteligente de datos ambientales, las empresas comenzaron a:
- Medir y reducir su huella de carbono.
- Controlar emisiones y niveles de contaminación en tiempo real.
- Disminuir desperdicios mediante reuso y eficiencia de insumos.
- Identificar zonas de impacto ecológico para compensación ambiental.
Esto permitió no solo cumplir con normativas internacionales, sino avanzar hacia una industria más verde y proactiva, capaz de convertir la sostenibilidad en una ventaja competitiva.
Formación de talento: el reto que acompaña a la transformación
Uno de los desafíos más relevantes es el déficit de talento especializado en inteligencia artificial. Según un estudio de SAP citado por Stefanini, el 69% de las empresas en Colombia anticipa un impacto significativo de la IA en sus industrias, lo que supera el promedio regional y muestra un liderazgo claro del país en adopción de esta tecnología.
Para sostener esa evolución, será clave formar una nueva generación de profesionales en ingeniería, automatización, análisis de datos y gestión de proyectos digitales.
Desde Stefanini Group, se ha impulsado una estrategia para atraer jóvenes talentos y capacitarlos en especializaciones tecnológicas, promoviendo alianzas con universidades y programas de entrenamiento continuo.
“La IA no es solo una herramienta técnica, es un cambio de mentalidad en la forma de producir, gestionar y liderar. Apostamos por formar talento que pueda crecer al ritmo del avance tecnológico”, concluyó Rérison Otoni.
La IA como base de una nueva economía industrial
La evolución de la industria colombiana hacia la cuarta revolución industrial no depende solo de automatizar procesos o digitalizar fábricas. Requiere una visión integrada de eficiencia, sostenibilidad, seguridad y talento, donde la inteligencia artificial actúa como catalizador.
El reto para los próximos años será consolidar esta transformación en todos los niveles de la cadena productiva, democratizar el acceso a tecnologías inteligentes, y asegurar que el crecimiento de la industria 4.0 vaya de la mano con el bienestar de las personas y del entorno.