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Industria electrónica avanza hacia el reciclaje en circuito cerrado con plásticos recuperados de televisores fuera de uso 

Sony aplicó por primera vez un sistema de reciclaje de “material a material” para producir componentes de nuevos televisores a partir de plásticos recuperados. La estrategia busca reducir el uso de recursos vírgenes y dar paso a modelos sostenibles en la fabricación de dispositivos electrónicos. 

Imagen: Sony

En el marco del Día de la Tierra, la industria tecnológica destacó una iniciativa que podría marcar el inicio de una nueva etapa en los modelos de producción y consumo electrónico. Sony anunció la aplicación práctica del reciclaje de material a material en la fabricación del nuevo modelo OLED BRAVIA 8 de 65 pulgadas con resolución 4K, reutilizando plásticos provenientes de cubiertas traseras de televisores al final de su vida útil. 

La innovación, que fue posible gracias a la integración del material SORPLAS™, permitió reincorporar al ciclo productivo toneladas de plástico que tradicionalmente habrían terminado en vertederos o plantas de reciclaje no especializadas. La aplicación efectiva de esta técnica demuestra la viabilidad técnica de una práctica que hasta ahora había sido mayormente conceptual: el reciclaje cerrado dentro del mismo flujo de producto. 

Una solución técnica a un problema histórico de residuos 

Las cubiertas traseras de televisores representan uno de los componentes más voluminosos y complejos del desecho electrónico. Su composición está formada por diversos polímeros con características distintas, lo que dificulta su separación y procesamiento. Tradicionalmente, estos elementos eran descartados o degradados para usos de menor valor. 

Para superar estas barreras, Sony trabajó con su división de materiales y semiconductores para desarrollar tecnologías de separación selectiva y mezcla controlada, que permiten identificar polímeros compatibles, estabilizar su desempeño mecánico y reintegrarlos en la línea de producción sin comprometer la calidad final del producto. 

La tecnología SORPLAS™, certificada por su resistencia al calor y al fuego, fue adaptada para incorporar material reciclado postconsumo, en este caso recolectado específicamente de televisores. Según explicaron fuentes de la compañía, la tecnología es capaz de igualar la apariencia y las propiedades estructurales de plásticos vírgenes, lo que representa una oportunidad concreta para reemplazar insumos tradicionales por alternativas más sostenibles. 

Economía circular: de la teoría a la práctica 

El concepto de “reciclaje en circuito cerrado” implica no solo recuperar materiales, sino mantenerlos dentro del mismo sistema industrial, evitando degradaciones de calidad y usos de menor valor. En el caso de la electrónica de consumo, este modelo es particularmente desafiante debido a la diversidad de materiales, la obsolescencia programada y la baja tasa de recuperación. 

Con esta iniciativa, Sony se alineó con los principios de la economía circular propuestos por organismos internacionales como la Fundación Ellen MacArthur, que promueve modelos industriales donde los productos, componentes y materiales mantengan su utilidad y valor a lo largo del tiempo. 

La empresa adelantó que el objetivo es escalar esta práctica a otros modelos de la línea BRAVIA y a otras categorías de productos electrónicos, siempre que las condiciones técnicas y logísticas lo permitan. 

Implicaciones para la industria y la cadena de suministro 

Para fabricantes, mayoristas y canales de distribución, esta iniciativa ofrece múltiples puntos de interés. En primer lugar, marca un hito en la reutilización efectiva de materiales de alto volumen y bajo índice de reciclabilidad, como es el caso de las cubiertas plásticas. En segundo lugar, plantea un nuevo estándar de calidad en la integración de materiales reciclados, abriendo la puerta a productos más sostenibles sin comprometer funcionalidad ni estética. 

Adicionalmente, la iniciativa podría fomentar la creación de ecosistemas de reciclaje especializados, con actores que operen en la recolección, clasificación, certificación y suministro de materiales reciclables con grado técnico. Este nuevo mercado requiere protocolos específicos de trazabilidad, normativas claras y modelos de auditoría que aseguren el cumplimiento ambiental en todas las etapas del proceso. 

Desde el punto de vista comercial, el uso de materiales reciclados con validación de calidad puede convertirse en un factor diferenciador ante compradores institucionales, cadenas de retail conscientes y políticas públicas que priorizan la sostenibilidad en sus procesos de adquisición. 

Contexto ambiental y presión regulatoria global 

El anuncio se dio en un momento donde las preocupaciones sobre el manejo de residuos electrónicos siguen creciendo. De acuerdo con el Global E-Waste Monitor, en 2023 se generaron más de 59 millones de toneladas de desechos electrónicos en todo el mundo, de los cuales solo el 17% se recicló formalmente. En América Latina, la tasa de recolección se mantiene por debajo del 3%. 

En este contexto, varios países han comenzado a endurecer sus regulaciones sobre la responsabilidad extendida del productor, obligando a los fabricantes a hacerse cargo de los productos al final de su vida útil. Iniciativas como la de Sony podrían anticiparse a estas exigencias, integrando desde el diseño procesos de recuperación y reincorporación de materiales. 

Además, la implementación de reciclaje en circuito cerrado está alineada con metas de reducción de carbono, dado que la producción de plásticos reciclados puede generar hasta 70% menos emisiones que su equivalente virgen, dependiendo del tipo de polímero y del proceso de recolección. 

Con la implementación del reciclaje de material a material en el modelo BRAVIA 8, Sony marcó un precedente dentro de la industria tecnológica al demostrar que la circularidad en productos electrónicos es técnicamente viable y comercialmente relevante. Este caso podría servir como referencia para otras empresas del sector que buscan reducir su huella ambiental, responder a exigencias regulatorias y adaptarse a un consumidor cada vez más exigente con el impacto de sus elecciones. Para fabricantes, proveedores y canales, el desafío no será solo adoptar estas prácticas, sino participar activamente en la transformación de un modelo que aún depende, en gran parte, de recursos finitos. 

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