En el marco del Día Mundial de Internet, líderes del ecosistema digital destacaron cómo la conectividad ha transformado la forma de emprender en Colombia. Aunque las cifras de crecimiento son alentadoras, persisten brechas de acceso y formación digital que frenan el potencial de muchas regiones.

Imagen: Tiendanube
Cada 17 de mayo se celebra en todo el mundo el Día Mundial de Internet, una fecha promovida por la ONU y la Asociación de Usuarios de Internet que invita a reflexionar sobre el impacto de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en nuestras sociedades. En Colombia, el eje central de esta conmemoración ha sido el papel que juega Internet en la transformación del emprendimiento y el desarrollo económico local.
Durante los últimos cinco años, el país ha vivido una aceleración sin precedentes en el uso de herramientas digitales por parte de microempresarios, trabajadores independientes, startups y emprendedores sociales. La pandemia de COVID-19 sirvió como detonante de esta transformación, pero fue el acceso a soluciones digitales, la mejora en la infraestructura y el avance de la cultura emprendedora lo que ha permitido que miles de colombianos encuentren en Internet una vía para emprender, crecer y formalizarse.
Cifras que reflejan una economía digital en expansión
El informe más reciente de la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico reveló que durante 2024, el país alcanzó un volumen de ventas digitales por más de 105 billones de pesos, con un crecimiento interanual del 26,7 %. Además, el número de transacciones electrónicas superó los 511 millones, lo que refleja la consolidación del canal digital como un componente clave de la economía nacional.
Pero más allá de los números macroeconómicos, este fenómeno tiene una dimensión micro que es igual o más significativa: miles de personas han iniciado su camino emprendedor gracias a plataformas digitales, muchas de ellas sin experiencia previa en comercio o tecnología.
Casos como el de María Fernanda, una diseñadora gráfica de Montería que convirtió sus ilustraciones en una marca de accesorios vendida en línea; o el de Javier, un agricultor del Huila que ahora distribuye sus productos a nivel nacional mediante una tienda virtual, son solo una muestra del potencial de Internet como habilitador de inclusión económica.
Plataformas como aliadas del pequeño negocio
El crecimiento de soluciones como Tiendanube, Shopify, WhatsApp Business, Rappi Aliados o Mercado Shops ha facilitado la creación de tiendas digitales con interfaces amigables, sin necesidad de conocimientos técnicos. Según Tiendanube, actualmente más de 4.000 tiendas están activas en Colombia a través de su plataforma, con un crecimiento del 89 % en comparación con el año anterior.
“Internet ha democratizado el acceso a la economía digital”, explicó Augusto Otero, Head de Expansión de Tiendanube en América Latina. “Hoy no hace falta tener una gran inversión para emprender. Hace falta una buena idea, una historia clara, y conexión”.
Barreras persistentes: la conectividad como frontera económica
Sin embargo, el desarrollo del emprendimiento digital en Colombia aún está limitado por desafíos estructurales. De acuerdo con datos del MinTIC, más del 30 % de los hogares colombianos no cuenta con acceso a Internet fijo, y en zonas rurales esa cifra puede superar el 50 %. Esto genera un panorama desigual donde algunos territorios acceden a oportunidades digitales, mientras que otros permanecen al margen.
El problema no es solo de infraestructura, sino también de formación, alfabetización digital y acceso a herramientas. En muchas comunidades, incluso donde hay conectividad, los emprendedores no conocen cómo usarla para expandir sus ingresos, mejorar sus procesos o acceder a nuevos mercados.
Organizaciones como Apps.co, iNNpulsa, Fundación Telefónica, Fundación Carvajal, ANDI del Futuro y universidades regionales han comenzado a articular programas de inclusión digital, pero la cobertura sigue siendo limitada frente a la magnitud del reto.
Formación digital y cultura emprendedora: dos motores que deben ir juntos
Uno de los grandes aprendizajes de la última década es que la tecnología, por sí sola, no resuelve los problemas estructurales del emprendimiento. Sin educación financiera, estrategia comercial, conocimiento de mercado y habilidades de liderazgo, el uso de herramientas digitales termina siendo superficial o insostenible.
Por eso, cada vez más expertos coinciden en que Internet debe ir acompañado de una política robusta de educación empresarial, adaptada a las realidades del país. Esto incluye desde formación en e-commerce, marketing digital, y medios de pago, hasta competencias blandas como comunicación, adaptabilidad, y trabajo colaborativo en entornos virtuales.
Internet y la generación de nuevos modelos de negocio
Internet no solo ha permitido replicar modelos tradicionales en formato digital, sino que ha generado nuevas formas de emprendimiento: creadores de contenido, comunidades de suscripción, venta de servicios intangibles, asesorías en línea, comercio de productos digitales y plataformas de educación a distancia, entre otros.
En este entorno, Colombia también ha comenzado a destacar por su ecosistema de startups, con empresas como Platzi, Rappi, La Haus o Frubana operando en múltiples países. Estas compañías son prueba de que el país tiene el talento y la visión para innovar desde lo digital, aunque todavía persisten brechas profundas que dificultan escalar desde regiones más alejadas del centro económico.
Hacia una economía digital más justa y accesible
En el Día Mundial de Internet, Colombia tiene motivos para celebrar, pero también desafíos que asumir. El crecimiento del comercio electrónico, la expansión de las tiendas virtuales y el surgimiento de nuevos perfiles emprendedores son señales de una transformación positiva. Pero esa transformación será incompleta si no se asegura que todos los colombianos, sin importar su geografía o condición socioeconómica, puedan acceder a los mismos recursos digitales.
Internet no es solo una tecnología. Es una infraestructura de oportunidades. Una red que puede conectar talento con mercado, ideas con inversión, comunidades con soluciones. En esa visión, la democratización del acceso, la formación digital y la sostenibilidad de los negocios emergentes deben ser los ejes para construir una economía digital realmente incluyente.