La impresión térmica para puntos de venta ha experimentado una transformación, impulsada por la necesidad de movilidad, eficiencia y conectividad. Epson adaptó su portafolio de soluciones POS para responder a estas demandas en sectores como retail, gastronomía, hotelería, logística y banca.

Imagen: EPSON
Durante los últimos meses, el segmento de impresión térmica aplicada a puntos de venta (POS) mostró una clara tendencia hacia soluciones más compactas, conectadas y resistentes, en respuesta a la transformación operativa de los comercios y servicios en América Latina. Esta evolución ha generado un punto de inflexión en la oferta para canales tecnológicos, que ahora deben atender a clientes con requerimientos más diversos y exigentes.
Fabricantes como Epson introdujeron mejoras tecnológicas en su portafolio de impresoras térmicas, combinando mayor capacidad de integración con movilidad, durabilidad y facilidad de implementación. Esto supuso una oportunidad para distribuidores y mayoristas que buscan consolidar su presencia en segmentos como retail, gastronomía, hotelería, transporte, logística y entidades financieras.
La línea MobilinkTM fue un ejemplo del viraje hacia la movilidad. Diseñada para operar fuera de los tradicionales puntos fijos de venta, incorporó características como resistencia a golpes, polvo y salpicaduras, baterías de larga duración, conectividad inalámbrica y compatibilidad con los principales sistemas operativos móviles (iOS, Android, Windows). Estas capacidades respondieron a necesidades crecientes de negocios que operan en movimiento, como food trucks, repartidores, cadenas de tiendas sin cajas tradicionales, y operaciones logísticas de última milla.
En paralelo, los entornos de alto tráfico —como supermercados, cadenas de conveniencia, bancos o centros de atención ciudadana— continuaron demandando impresoras de alto rendimiento con integración sencilla a arquitecturas complejas. La serie mSeries, por ejemplo, fue desarrollada con un enfoque en eficiencia energética, impresión rápida (hasta 500 mm/s), ahorro de papel (hasta 49 %), y diseño compacto para optimizar el espacio de trabajo. Además, estos equipos ofrecieron la posibilidad de personalizar los recibos con logotipos o mensajes promocionales, sin comprometer velocidad ni calidad.

Desde el punto de vista de conectividad, la evolución tecnológica se manifestó en la incorporación de múltiples opciones de enlace: Wi-Fi, Bluetooth, Ethernet y USB, con la posibilidad de operar incluso en entornos de red híbridos o desconectados. Esta versatilidad fue valorada por integradores y consultores tecnológicos que trabajan con plataformas mixtas, permitiéndoles reducir costos de implementación y acelerar los tiempos de integración.
Un aspecto relevante para el canal fue la función de estas impresoras como centros de conectividad, capaces de alimentar otros periféricos (como escáneres, teclados o dispositivos móviles), recargar baterías externas y recibir comandos desde plataformas en la nube o apps de gestión de ventas. Esto posicionó a la impresora térmica no solo como un punto de emisión de comprobantes, sino como una pieza clave dentro de la arquitectura del negocio, con capacidad de interacción y orquestación de procesos.
En el plano operativo, los distribuidores también evaluaron la disponibilidad de herramientas de diagnóstico, mantenimiento y soporte técnico local. La posibilidad de acceder a servicio técnico certificado, repuestos originales y asistencia remota se convirtió en un valor crítico, especialmente en mercados donde el tiempo fuera de servicio afecta directamente la rentabilidad del cliente final. En este sentido, los programas de soporte ofrecidos por fabricantes influyeron en la decisión de compra de mayoristas e integradores.
Para los canales, este panorama representó tanto un desafío como una oportunidad. El desafío radica en la necesidad de actualizar portafolios, capacitar al personal técnico y adaptar sus procesos de preventa y postventa a soluciones que ya no son solo periféricos, sino componentes integrales de una estrategia de digitalización. La oportunidad se encuentra en el crecimiento del mercado POS, impulsado por el auge del comercio electrónico híbrido, los pagos digitales y los modelos de autoservicio, que exigen soluciones cada vez más personalizadas.
Otro punto clave fue el enfoque en la sustentabilidad. Algunos modelos integraron tecnologías de ahorro energético, reducción del uso de consumibles y optimización del consumo de papel, características que comienzan a ganar peso en las licitaciones públicas y procesos de compra empresarial. Para los canales que gestionan cuentas corporativas o gubernamentales, estos elementos pueden representar un diferencial competitivo.
Además, la creciente adopción de soluciones POS en sectores informales y comercios de barrio —especialmente tras la digitalización forzada por la pandemia— abrió un nuevo espacio para los canales con estrategias de distribución masiva o redes de reventa. Equipos portátiles, de bajo costo y fácil mantenimiento, con conectividad directa a teléfonos móviles, se están convirtiendo en una puerta de entrada para miles de pequeños negocios que inician su transformación digital.
La transición hacia soluciones de impresión térmica más inteligentes, móviles y conectadas está modificando el rol de los canales tecnológicos en el ecosistema POS. En este nuevo escenario, los fabricantes que desarrollen propuestas adaptadas a cada vertical, con soporte regional y enfoque en la interoperabilidad, tendrán mayores posibilidades de consolidar alianzas duraderas con mayoristas e integradores. Para los canales, el reto será anticipar las demandas de un mercado cada vez más dinámico, donde la impresión no es un fin en sí mismo, sino una herramienta estratégica dentro de una experiencia de compra fluida, rápida y sin fricciones.