En el marco del Día de la Madre, Angélica Molinas, gerente de comunicaciones de marketing para Vertiv LATAM, compartió una reflexión íntima sobre cómo su experiencia como madre influyó en su forma de liderar, comunicar y relacionarse con la innovación tecnológica.

Imagen: Angélica Molinas – Marketing Communications Manager Vertiv
Durante el mes de mayo, dedicado a reconocer la labor de las madres, Angélica Molinas, Marketing Communications Manager para Vertiv Latinoamérica, ofreció una mirada íntima y honesta sobre su experiencia al conjugar la maternidad con una carrera en el sector tecnológico.
Desde su propia vivencia, relató cómo ser madre en un entorno digitalizado y altamente competitivo le permitió reinterpretar su propósito profesional, conectar de forma más empática con su entorno y redescubrir el valor de la tecnología como herramienta para construir un futuro más equitativo, sostenible y humano.
Ser madre en la era de la nube
Molinas recordó cómo su hija, con apenas seis años, le preguntó con curiosidad a qué se dedicaba. A partir de esa pregunta, la ejecutiva encontró formas de traducir su trabajo en ejemplos comprensibles: le explicó que en Vertiv ayudaban a proteger los datos, que cada vez que veía una película en su tablet, ella misma generaba información que necesitaba ser gestionada, almacenada y “enfriada” por sistemas que su empresa ayudaba a mantener.
Ese momento, aparentemente cotidiano, se convirtió en una oportunidad para explicar que la tecnología no es algo distante ni abstracto, sino parte integral del día a día. Su hija pudo entender que el trabajo de su madre estaba conectado con muchas de las cosas que ocurrían a su alrededor, incluso sin notarlo.
Una conversación urgente: tecnología y sostenibilidad
La ejecutiva también compartió un episodio en el que su hija, al regresar de clase, expresó su preocupación por el medio ambiente. “Mamá, la Tierra está enferma”, le dijo con la urgencia que solo puede transmitir una niña que empieza a entender el mundo.
Molinas asumió ese comentario como una llamada de atención y una confirmación de que trabajar con propósito era más importante que nunca. Le explicó cómo desde su rol de marketing ayudaba a comunicar los esfuerzos de Vertiv por crecer de manera sostenible, usando menos agua, menos electricidad, y buscando soluciones responsables que permitieran seguir disfrutando de la tecnología sin comprometer al planeta.
Liderar desde la humanidad
A lo largo del texto, Molinas compartió una convicción profunda: que para formar niñas y niños felices, también se necesitaban madres plenas, madres que encontraran en sus redes de apoyo —parejas, colegas, familias, comunidades— el sustento emocional y práctico para equilibrar el trabajo con el cuidado, el logro con la ternura, el liderazgo con la empatía.
Recordó con gratitud haber estado rodeada de otras mujeres que también eran madres, mujeres que lograban conjugar con entereza sus roles profesionales y familiares. Reconoció que ser madre en el siglo XXI era particularmente desafiante, por el ritmo de los cambios, la presión de la hiperconectividad, y la necesidad de ser presente en múltiples dimensiones al mismo tiempo.
Tecnología, ejemplo y propósito
Molinas subrayó que los hijos no aprenden de discursos, sino de ejemplos. Por eso consideró que el uso que damos a la tecnología como madres y líderes es un reflejo del tipo de ciudadanos digitales que queremos formar. Apostó por utilizar la tecnología como herramienta para el bienestar, no como distracción, y animó a las madres a liderar con conciencia y criterio en un entorno que no viene con manual de instrucciones.
Afirmó que, aunque la innovación tecnológica avanzaba de forma imparable, el desafío estaba en enseñar a las nuevas generaciones a usar esa tecnología con criterio, responsabilidad y propósito.
Un mensaje para el futuro
De cara al año 2050 —cuando su hija será una adulta profesional—, Molinas proyectó un mundo donde, según datos de las Naciones Unidas, el 75% de los trabajos estarán vinculados a áreas STEM. Desde ahora, expresó su deseo de que su hija viera en la tecnología no solo un espacio para consumir, sino un camino profesional de impacto y transformación.
Compartir con ella el acceso a la innovación, verla entender poco a poco cómo funciona el mundo digital y cómo puede incidir en él, le resultó tan poderoso como esperanzador.
Decirle a las madres que lo están haciendo bien
La columna concluyó con un llamado a la sororidad y al reconocimiento mutuo. Para Molinas, decirle a otra madre que lo está haciendo bien era un acto de cuidado y de respeto. Recordó que cada mujer tiene su propia historia, sus batallas diarias, sus miedos y sus logros. Y que nadie más que una madre sabe lo importante que puede ser un gesto de comprensión.
Reivindicó el derecho de las mujeres a fallar, a reinventarse, a tomarse un respiro y, sobre todo, a liderar con humanidad. Porque no se trataba solo de rendir en el trabajo o de cuidar con excelencia, sino de crear redes de mujeres que se apoyen sin juicio, que se levanten entre sí, y que encuentren en la maternidad no un límite, sino una fuerza transformadora.
En el Día de la Madre, Molinas envió un mensaje a todas las mujeres que cuidan, que educan, que lideran y que inspiran:
“Aunque nadie nos dio un manual para ser madres, nuestros hijos —y nuestras hijas— son nuestros mejores maestros. Y cuando ellos aprenden a vivir con propósito, es señal de que lo estamos haciendo bien.”