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El sector bancario colombiano aceleró su transformación digital con tecnologías de impresión y escaneo especializadas.

Frente a la presión por agilizar transacciones, reducir errores y reforzar la seguridad operativa, entidades bancarias apostaron por soluciones tecnológicas enfocadas en la eficiencia documental y la digitalización de procesos. 

Imagen: Epson

En los últimos meses, el ecosistema financiero colombiano profundizó sus estrategias de transformación digital, incorporando herramientas diseñadas para optimizar la gestión documental, agilizar la atención en puntos físicos y fortalecer la trazabilidad en procesos de alto volumen. En este contexto, múltiples instituciones bancarias adoptaron tecnologías especializadas en impresión y escaneo que respondieron a las necesidades de automatización, interoperabilidad y seguridad regulatoria. 

Uno de los focos principales fue la mejora en el proceso de atención al cliente en sucursales, donde la combinación de impresoras híbridas, térmicas y matriciales con escáneres de cheques permitió reducir significativamente los tiempos de transacción. Estas herramientas, muchas de ellas compatibles con software bancario preexistente, ofrecieron además funcionalidades como validación, endoso automático, generación de múltiples copias, y clasificación de documentos en tiempo real. 

El aumento de la eficiencia operativa se convirtió en una prioridad en un contexto donde la digitalización parcial coexistió con operaciones presenciales críticas, como pagos físicos, procesamiento de cheques, expedición de recibos legales o firma de documentos impresos. La coexistencia de canales digitales y físicos exigió una infraestructura que integrara ambos mundos con fluidez, especialmente en instituciones con amplia cobertura territorial o atención en regiones sin conectividad confiable. 

Adicionalmente, el cumplimiento de normativas relacionadas con la seguridad en transacciones, el respaldo documental y la trazabilidad, impulsó la incorporación de equipos con funciones avanzadas de validación, escaneo dúplex, separación automatizada de documentos y respaldo de datos. Este tipo de tecnologías ayudó a reducir errores humanos, minimizar fraudes y mejorar el control interno. 

Según fuentes del sector consultadas, la tendencia no solo se centró en agilizar el flujo operativo, sino también en mejorar la experiencia del cliente final, permitiendo que las operaciones fueran más rápidas, silenciosas y con menor consumo de papel. Esto último se alinea con las metas de sostenibilidad de varias entidades, que han comenzado a integrar criterios ambientales en sus decisiones tecnológicas, como el uso de impresoras con reducción de desperdicio o equipos multifunción que integran varias tareas en un solo dispositivo. 

Los escáneres de cheques de última generación, por ejemplo, permitieron a entidades de tamaño mediano y grande digitalizar grandes volúmenes de documentos financieros, reducir el tiempo de compensación de cheques y automatizar la clasificación de cupones de pago u otros formatos transaccionales. Esta funcionalidad se volvió especialmente útil en instituciones que aún reciben un volumen considerable de pagos físicos y no bancarizados. 

Por otro lado, las impresoras matriciales y térmicas con capacidad para generar originales y duplicados en distintos formatos continuaron siendo indispensables en procesos donde se exige documentación múltiple con respaldo legal, como contratos, certificados de transacción o documentos notariales emitidos en puntos de atención. 

Un elemento transversal en todas estas soluciones fue la posibilidad de integrarse a infraestructuras digitales existentes, conectarse con sistemas de gestión bancaria o ERP y adaptarse a escalas variables de operación. La flexibilidad de configuración se volvió clave para bancos que operan tanto en zonas urbanas como rurales, con necesidades tecnológicas disímiles según el contexto local. 

El avance en tecnologías especializadas de impresión y escaneo dejó ver que la transformación digital en el sector bancario no depende únicamente de plataformas online o apps móviles, sino también de la capacidad de modernizar los procesos que sostienen la operación diaria en oficinas físicas. La adopción de estas herramientas representa una evolución silenciosa pero crítica, que mejora la eficiencia operativa, fortalece la seguridad transaccional y permite a las entidades bancarias responder con mayor agilidad a un entorno financiero cada vez más híbrido. 

Con los desafíos de digitalización aún en curso y la necesidad constante de optimizar costos operativos, este tipo de soluciones seguirá ocupando un lugar relevante en la agenda tecnológica de los bancos colombianos y latinoamericanos durante los próximos años. 

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