Aprovechando el anonimato que proporciona el bitcoin hoy los delincuentes colombianos pueden monetizar sus dineros a través de páginas web que ya son de dominio público.
Con la creación del concepto y el mercado mundial del Bitcoin que ya tiene más de 3.000 millones de usuarios a nivel global, los delincuentes transnacionales han hallado la forma de mover su dinero mal habido por medio de esta criptomoneda en transacciones electrónicas tan sólo detectables por laboratorios forenses especializados.
Los tiempos de las avionetas llenas de dinero del narcotráfico aterrizando por todo el país, o la entrada de verdaderas fortunas por medio de cientos de cuentas de “colaboradores” que devolvían la plata a cambio de una remuneración, ya se acabaron. Hoy, ese llamado “pitufeo”, por la manera de mover a través de las fronteras, grandes capitales en pequeñas cantidades, es cosa del pasado.
Aunque la Superintendencia Financiera de Colombia en su circular 29, del 26 de marzo de 2014 establece que el Bitcoin no es un activo que tenga equivalencia con el peso colombiano, que no cuenta con el respaldo de los bancos centrales de otros países y que no puede ser considerado como una divisa, de acuerdo con los criterios del Fondo Monetario Internacional, los delincuentes tecnológicos han logrado transgredir todos los controles y “transformar” esta moneda virtual en pesos contantes y sonantes.
Según el ingeniero Ewdin Cifuentes, director del Laboratorio Informático Forense de la compañía colombiana Adalid, aunque esta “forma cambiaria” no es 100% segura, sí es usada a diario por miles de personas en todo el mundo. “Las transacciones son hechas a través de una especie de casas de cambios virtuales que operan abiertamente por ya reconocidas páginas web. Por medio de estas, es posible registrarse como comprador o como vendedor, y aunque estas web oscuras no tienen regulación alguna, si poseen la capacidad de monetizar los bitcoins de manera casi instantánea, a cambio de una pequeña comisión”.
Otras maneras de transar en bitcoins para los delincuentes son las propias redes sociales, pues tanto por Facebook como por Twitter se ofrecen estos servicios que de igual manera no tienen seguridad ni control alguno.
¿Pero cómo se hace para trasladar los bitcoins propios? En cualquiera de estos casos, aunque el dinero es virtual debe almacenarse en alguna, y esto se hace en las llamadas “billeteras virtuales” que a manera de direcciones electrónicas pueden guardarse en la nube, en un computador portátil, o en un teléfono móvil. Cuando se trata de grandes cantidades de dinero, los delincuentes los distribuyen en muchas cuentas bitcoin de muchas personas y de esta manera pueden viajar sin un peso en sus bolsillos ni en sus maletas y tan sólo basta con hacer el cambio luego de llegar al país.
Según Cifuentes, “aunque la intervención y análisis de estas billeteras sólo se puede hacer por órdenes judiciales, laboratorios informáticos forenses como el de Adalid están en capacidad de escudriñar cualquier equipo digital y encontrar los bitcoins “camuflados”, sin importar las claves de acceso de estos equipos, o los sitios recónditos de estos en los que estén escondidos”.
Aunque estos manejos turbios generan una imagen negativa al tema, no hay que desconocer que, al menos en Colombia el uso del bitcoin no es un delito, e incluso que esta moneda es recibida en algunos negocios comerciales. Por otra parte, y como cosa algo exótica, en nuestro país existe una organización que con el nombre de la Fundación Bitcoin Colombia, defiende el uso de esta moneda e incluso tiene un vocero que habla con frecuencia en los principales medios de comunicación.
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