Firmar contratos, cobrar derechos de autor sobre libros y canciones o alquilar inmuebles por medio del blockchain, muy pronto serán actividades cotidianas.
Mucho se habla del blockchain pero pocos entienden de qué se trata y cuál es el alcance de sus aplicaciones prácticas, sin embargo, la verdad es que este concepto encierra una enorme revolución, no solo en términos de transacciones, sino en todo tipo de aplicaciones que en poco tiempo serán parte de muchas actividades de nuestra cotidianidad.
Según Andrés Guzmán, CEO de Adalid, “las aplicaciones basadas en este lenguaje serán infinitas, si no, imagine un mundo en donde las personas puedan firmar contratos sin necesidad de intermediarios, sin abogados y sin importar que la otra persona incumpla. Quienes componen canciones o escriben un libro y lo publican en la red, ahora recibirán por cada descarga o reproducción, sin margen de error, sus pagos por derechos de autor, eliminando del medio a las sociedades de gestión, cobradores e, incluso, a la banca”.
A medida que aplicaciones como estas se vuelven cada vez más populares, el ecosistema del blockchain sigue creciendo a unos niveles jamás imaginados y todo gracias al rotundo éxito del bitcoin, su aplicación más popular. Esta criptomoneda, que no se rige por ningún banco central, solo obedece a las reglas que le dieron origen y que no está alojada en un solo sitio, sino que cada uno de sus usuarios tiene la función de almacenar una parte de la información.
Este sistema, permite que sus usuarios se identifiquen con un código, por lo cual son virtualmente anónimos en transacciones que funcionan bajo el esquema P2P, por sus siglas en inglés de Peer-to-Peer, que se puede traducir como una “comunicación entre pares o iguales” y se trata de una interacción directa entre dos computadoras sin usar un servidor central, y es esa misma comunicación que usan hoy servicios como Skype, Netflix y Spotify.
En este sentido, el valor más grande del blockchain es la seguridad y el anonimato que son posibles gracias a que si un archivo o cualquier información se modifica, todas las cadenas cambiarán, dejando en evidencia el cambio, para mayor transparencia.
Para explicar este principio, Andrés Guzmán menciona otro ejemplo. “Imagine un sistema en el que, si usted quiere alquilar una casa, el arrendador alimenta una base de datos que se encuentra replicada en bloques, con la información del inmueble, medidas, características específicas, los términos generales, el tiempo del alquiler, los días de pagos y, a su vez, el arrendatario tiene su información disponible en el sistema, con sus ingresos puestos en garantía, y la disposición para pagar el canon. En ese sentido, si, por el ejemplo, el arrendatario deja de pagar, el sistema de inmediato pone a disponibilidad el bien, liberando a las partes del contrato y cobrando automáticamente los fondos dispuestos por incumplimiento, sin abogados, ni jueces, sin más”.
Haciendo una analogía con la actualidad, sería como cuando usted va a un hotel y registra en el sistema la tarjeta de crédito a su llegada y con su firma autoriza todos los descuentos. Si consume algo en su habitación, se le carga de forma automática, y si por error o descuido se lleva a su casa un libro o una toalla, sin dejarlo consignado a su salida, el hotel no le inicia un proceso penal por hurto o un proceso ordinario declarativo, sino que simplemente le cobra el valor de la toalla o el libro, cargándolo a su tarjeta de crédito que, para el ejemplo, es lo que sería blockchain.
Así mismo, Andrés Guzmán, quien también es abogado experto en el tema de seguridad de la información comenta: “estoy seguro que blockchain transformará el mundo jurídico que conocemos de una forma jamás imaginada. Así, la rama judicial cambiará totalmente, los servicios jurídicos migrarán a un mundo de valores agregados tecnológicos y sistemas como el registro civil de las personas, votaciones, archivos electrónicos y las notarías o inmobiliarias deberán reinventarse. Lo importante es estar conscientes y preparados para ello”.
Alineados con esta tendencia, Adalid, acaba de lanzar dos servicios sobre el blockchain, aprovechando las capacidades de su laboratorio de informática forense. El primero de ellos es una auditoría certificada que tiene la capacidad de probar que la programación realizada por personas, empresas o bancos esté bien hecha. El segundo es la certificación de pruebas judiciales sobre transacciones hecha en blockchain y extraídas con las herramientas propias de este laboratorio y únicas en el país.
Hacia el futuro, especialistas de la banca auguran que el siguiente paso del blockchain es el de las inversiones institucionales en criptomonedas como bitcoin, ether y litecoin cuyas inversiones minoristas hoy son del 90% contra el 10% de los mayoristas, y según ellos, esta tendencia muy pronto comenzará a cambiar y seguramente a invertirse en un par de años.
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