Colombia Consultor TIC Revistas Seguridad cibernética y electrónica

Ciberamenazas en instituciones educativas: el sector enfrenta una crisis silenciosa que requiere acción urgente 

Las escuelas, colegios y universidades se han convertido en objetivos prioritarios para los cibercriminales. Limitaciones presupuestarias, infraestructura vulnerable y una creciente dependencia digital exponen al sistema educativo colombiano a riesgos como ransomware, robo de identidad y fraude financiero. La solución exige inversión, cultura de prevención y colaboración multisectorial. 

Imagen:  Juan Alejandro Aguirre, director de soluciones de ingeniería, SonicWall Latam

El avance de la transformación digital en el sistema educativo colombiano ha traído beneficios como clases virtuales, expedientes en línea y automatización de procesos académicos y financieros. Pero junto a esta evolución, también ha crecido un fenómeno poco visible y profundamente peligroso: las ciberamenazas en el aula

Un reciente informe de SonicWall, proveedor global de soluciones de ciberseguridad, alertó sobre una realidad inquietante: cada hora se generan más de 26 nuevas variantes de malware no vistas anteriormente. Esta cifra refleja no solo el ritmo acelerado de innovación de los cibercriminales, sino también la urgencia de reforzar las defensas digitales, especialmente en sectores vulnerables como la educación. 

“Las instituciones educativas son minas de oro de datos. Desde información personal de estudiantes y docentes hasta sistemas financieros y académicos enteros, todo se ha vuelto objetivo para el cibercrimen”, explica Juan Alejandro Aguirre, director de soluciones de ingeniería de SonicWall para Latinoamérica. 

Una amenaza subestimada, pero con consecuencias devastadoras 

El informe reveló que en 2024 se detectaron más de 210.000 variantes de malware nunca antes vistas, y que los ataques a dispositivos IoT crecieron un 124 %. El ransomware —uno de los métodos más utilizados— genera pérdidas promedio que superan los 850.000 dólares por institución, sin contar el costo reputacional ni los tiempos de inactividad. 

En el caso colombiano, muchas escuelas y universidades carecen de presupuestos dedicados a ciberseguridad, lo que las convierte en blancos fáciles. La falta de segmentación de redes, sistemas desactualizados y la ausencia de políticas de autenticación robusta agravan aún más el panorama. 

El problema no es hipotético. Entre los sistemas más atacados están: 

  • Sistemas financieros: donde se almacena información sensible como cuentas bancarias, ingresos de empleados, números de identificación y registros de pagos. 
  • Sistemas académicos: que contienen notas, historiales, datos personales de estudiantes y docentes, e incluso modelos de financiación y becas. 

Gobierno y academia: esfuerzos iniciales, pero insuficientes 

En respuesta a esta creciente amenaza, el Ministerio TIC de Colombia ha fortalecido su Modelo de Seguridad y Privacidad de la Información (MSPI), alineándolo con la norma ISO/IEC 27001-2022. Esta actualización busca proteger la infraestructura tecnológica de entidades públicas, incluyendo secretarías de educación, colegios y universidades públicas. 

Además, varias universidades han empezado a ofrecer programas de formación en ciberseguridad, y el gobierno ha lanzado campañas de sensibilización dirigidas a ciudadanos y empresas. 

Sin embargo, los expertos coinciden en que las políticas macro deben ser acompañadas por acciones locales y específicas. Cada institución debe asumir un rol activo en proteger su infraestructura digital. 

Recomendaciones clave para instituciones educativas 

SonicWall plantea varias líneas de acción para construir un ecosistema educativo más seguro: 

  1. Invertir en soluciones de ciberseguridad adaptadas al contexto educativo, incluso si los recursos son limitados. Existen opciones escalables y modelos de suscripción. 
  1. Capacitar al personal docente y administrativo en mejores prácticas digitales, como identificar correos maliciosos, evitar accesos no autorizados y manejar contraseñas seguras. 
  1. Implementar autenticación multifactor (MFA) para limitar el acceso a los sistemas más sensibles. 
  1. Mantener software y sistemas actualizados, incluyendo parches de seguridad y actualizaciones regulares. 
  1. Realizar respaldos periódicos de los datos críticos en sistemas seguros y fuera de línea. 
  1. Colaborar con proveedores especializados (MSPs o MSSPs) que puedan ofrecer monitoreo continuo, detección de amenazas y respuesta rápida ante incidentes. 

El rol de la industria: tecnología adaptada al entorno educativo 

En este panorama, compañías como SonicWall ofrecen soluciones como Capture ATP, RTDMI™ y MDR (Detección y Respuesta Gestionadas), diseñadas para proteger entornos con alto tráfico de datos y múltiples puntos de entrada como aulas virtuales, sistemas administrativos y dispositivos compartidos. 

Estas tecnologías detectan y bloquean amenazas, incluso aquellas que se ocultan en tráfico cifrado o que no muestran comportamiento malicioso evidente. 

Educación sí, pero segura 

En tiempos donde los centros educativos son más digitales que nunca, la ciberseguridad ya no puede ser un tema secundario o postergado. Proteger los datos y la integridad de estudiantes, docentes y padres no es solo una cuestión técnica: es una obligación ética y social. 

“No podemos permitir que nuestras escuelas sean las próximas víctimas de una guerra cibernética silenciosa. La educación debe ser un refugio de conocimiento e innovación, no un blanco vulnerable”, concluyó Aguirre. 

El reto está planteado. Y el momento de actuar es ahora. 

Facebook
Twitter
Instagram
Whatsapp
LinkedIn