Por Jose Luis Gómez, director de innovación de Claro Colombia
Fue hace 145 años cuando se realizó la primera llamada telefónica de la historia, entre dos habitaciones en Boston el 10 de marzo de 1876. Con las escuetas palabras “Mr. Watson, venga aquí, quiero verle”, se ponían en marcha las telecomunicaciones. Se sembraba la semilla tecnológica de una evolución que, un día, sería la encargada de mantener al mundo conectado a pesar de las distancias y las crisis, y la clave para impulsar desarrollos con inmensas posibilidades a futuro, como el Internet de las Cosas y la Inteligencia Artificial.
Hoy, el Internet Móvil de alta velocidad es una realidad que ha introducido importantes cambios en la forma de relacionarnos, consumir y trabajar. Casi cualquier dispositivo móvil puede funcionar como una estación de trabajo, para conectarse con otros en cualquier punto o para transmitir al mundo lo que está sucediendo. Además, en el mundo ya se están dando el salto a la siguiente generación, el 5G, que promete rendimientos superiores en velocidad, confiabilidad y capacidad para expandir exponencialmente estas posibilidades.
Todo viene de los cambios en el telégrafo, la radio y los computadores, propiciados por la capacidad de comunicarse a distancia. Todo empezó con aquella llamada, y una historia de patentes y robos.
La primera llamada de la historia la realizó Alexander Graham Bell a su asistente, Thomas A. Watson, tres días después de patentar su modelo telefónico. En las notas de su diario aclaró que “las puertas de ambas habitaciones estaban cerradas”. Si bien eso es lo que se estudiaba tradicionalmente en los libros de historia, en 2002 se reveló la verdad.
De hecho, Bell tuvo que enfrentar por ese entonces 600 demandas de competidores que lo acusaban de no haber inventado el teléfono. 16 años antes que él, el inmigrante italiano Antonio Meucci ya había inventado el teléfono. Bell le robó la idea, cuando Meucci acudió con los papeles del invento a la compañía en que este trabajaba, la Western Union.
Meucci, que trabajaba como mecánico de un teatro, diseñó el dispositivo para comunicarse con su esposa, que ocupaba el segundo piso de su casa afectada por reumatismo. Perdió los derechos al no poder pagar la renovación de la patente. Pero el Congreso de Estados Unidos aprobó el 15 de junio de 2002 la resolución 269 reconociéndolo como el verdadero inventor del artefacto.
El segundo gran salto en la historia de las telecomunicaciones y que define la era moderna, llegó un siglo después. El 3 de abril de 1973 se producía la primera llamada móvil, sin cables. Martin Cooper, jefe de ingenieros de Motorola, llamó a un competidor desde la calle, en Nueva York, cuando se dirigía a patentar el móvil. Y en 1992 llegaría el primer mensaje de texto: un “Happy Christmas” enviado por el ingeniero de Vodafone Neil Papworth en Reino Unido desde un computador.
En ese año también comenzó la historia de Claro, justamente, con el nacimiento en febrero de una empresa que se llamó Celular S.A. Luego pasó a llamarse Comunicación Celular, Comcel S.A. Y en mayo, un par de meses después, se vinculó como accionista de Bell Canadá International. Fue el primer operador de Colombia en utilizar la red satelital para conectar a los habitantes de los antiguos territorios nacionales, los llamados por entonces “nuevos departamentos”, y llegar con servicios de comunicaciones a donde nadie más llegaba.
Comcel había traído las primeras tarjetas prepago, con las Tarjetas Amigo, y también trajo al país la tecnología GSM y la SIM Card. Los usuarios colombianos empezaron desde entonces a acceder a servicios de internet desde sus teléfonos, y a tener sus números registrados en una tarjeta que podían usar desde diferentes dispositivos.
Hacia 2007 Comcel estaba lanzando la red 3G, que permitía mejores características de transmisión de datos con un cubrimiento del 99% de las poblaciones del territorio nacional. Y en 2008, también fueron pioneros en lanzar la tecnología 3,5G.
En 2014, transformada en la naciente Claro puso en funcionamiento la red 4G LTE. Y luego de un año se convirtió en la red 4G más grande del país, con presencia en todas las ciudades capitales. Ese mismo año, el 14 de mayo, inauguró oficialmente el Cable Submarino AMX–1, el de mayor capacidad en Latinoamérica, con una longitud de 17.500 kilómetros para conectar a Brasil, Colombia, República Dominicana, Puerto Rico, Guatemala, México y los Estados Unidos.
Posteriormente, en 2017 Claro se convirtió en la primera empresa en desarrollar y comercializar productos y soluciones inteligentes de hiperconectividad avanzada con tecnología de Internet de las Cosas, además de crear el primer centro de experiencias de esta tecnología en Colombia y, ser el primero en hacer pruebas de la red 5G, en 2018.
Desde los móviles hoy se pueden hacer videollamadas y controlar dispositivos desde largas distancias, conectándose a la red desde cualquier lugar. Con la nueva generación, se llevará estas capacidades a un nuevo nivel: la consolidación de la llamada Cuarta Revolución Industrial, y el último paso de la evolución que comenzó en aquella llamada en Boston, hace 145 años.
Add Comment