Un 61 % de los latinoamericanos expresó que no usaría inteligencia artificial para apoyar la crianza de sus hijos. El crecimiento de los juguetes inteligentes plantea nuevos retos en seguridad, privacidad y acompañamiento digital.

Imagen: Kaspersky
En un último informe publicado por la firma de ciberseguridad Kaspersky reveló un alto nivel de desconfianza por parte de los latinoamericanos hacia la integración de inteligencia artificial (IA) en el entorno de crianza infantil. De acuerdo con los datos recogidos, el 61 % de las personas encuestadas en la región afirmó que no estaría dispuesto a usar herramientas de IA para acompañar la educación o el desarrollo de sus hijos e hijas.
Este resultado se conoció en un contexto marcado por la creciente presencia de juguetes y dispositivos inteligentes diseñados para niños, los cuales utilizan algoritmos de IA para interactuar, responder preguntas, ofrecer entretenimiento e incluso ayudar en tareas escolares. Si bien estas tecnologías pueden representar oportunidades para el aprendizaje y la socialización, también han despertado preocupaciones legítimas relacionadas con la ciberseguridad, la privacidad de los menores y el rol de los padres en la supervisión del uso tecnológico.
El estudio detalló que muchos de estos juguetes funcionan de manera similar a asistentes virtuales como Alexa o Echo Dot, es decir, requieren conexión a internet, se configuran mediante aplicaciones móviles y mantienen comunicación directa con los usuarios más jóvenes. Esta capacidad de interacción continua, sin una supervisión estricta, ha sido una de las principales fuentes de inquietud para padres, madres y cuidadores.
Los equipos de investigación de Kaspersky identificaron fallas de seguridad en múltiples dispositivos inteligentes dirigidos al público infantil. Algunas de estas vulnerabilidades permitían a terceros —incluidos posibles ciberdelincuentes— acceder remotamente al sistema de los juguetes y establecer comunicaciones mediante videochat, sin necesidad de autorización por parte de los adultos responsables. Además, se encontraron debilidades en las plataformas de configuración, las cuales podrían facilitar la recolección o el robo de información sensible como nombres, edades e incluso localizaciones geográficas de los menores.
La compañía alertó que, sin un monitoreo adecuado, este tipo de brechas podría representar riesgos considerables tanto para la integridad emocional como para la seguridad física de los menores. En ese sentido, llamó a un acompañamiento activo por parte de las familias y reiteró la necesidad de una alfabetización digital desde edades tempranas.
Carolina Mojica, gerente de Productos para el Consumidor para NOLA y SOLA en Kaspersky, sostuvo que el fenómeno no debe ser analizado únicamente desde la óptica del acceso a la tecnología, sino desde la calidad y seguridad de la experiencia digital infantil. “La IA no es un fenómeno pasajero, sino una fuerza estructural que está redefiniendo los entornos de aprendizaje, juego y socialización desde edades tempranas. En este contexto, el verdadero desafío no es limitar el acceso, sino dotar a los menores —y a sus familias— de las herramientas cognitivas y emocionales necesarias para navegar ese entorno de forma crítica”, declaró.
A partir del análisis de los riesgos potenciales, Kaspersky compartió un conjunto de cinco recomendaciones orientadas a reducir la exposición de los menores ante amenazas digitales:
- Investigar antes de comprar: Verificar la reputación del fabricante en materia de seguridad y privacidad, priorizando dispositivos de marcas reconocidas que garanticen actualizaciones periódicas.
- Explorar en conjunto la tecnología: Acompañar el descubrimiento y uso de las funcionalidades, incluyendo la posibilidad de incorporar contenidos educativos sobre IA.
- Educar en privacidad digital: Enseñar a los niños y niñas a no compartir información personal y a identificar contenidos generados artificialmente.
- Controlar los permisos de las aplicaciones: Revisar los accesos que solicitan las apps asociadas a los dispositivos y evitar otorgar permisos innecesarios.
- Utilizar soluciones de seguridad confiables: Proteger la red familiar y los dispositivos mediante herramientas adecuadas de ciberseguridad.
Estas recomendaciones buscan fomentar una relación más consciente entre infancia y tecnología, donde la innovación esté acompañada de criterios éticos, pedagógicos y de protección. La empresa también recordó que el acompañamiento parental debe ir más allá de la supervisión técnica, para convertirse en un proceso activo de formación crítica frente al uso de la inteligencia artificial.
El rechazo mayoritario al uso de inteligencia artificial en la crianza de los hijos evidenció una preocupación profunda en Latinoamérica frente a los nuevos modelos de interacción digital infantil. Si bien la tecnología sigue avanzando y se vuelve parte integral del entorno cotidiano, el desafío para fabricantes, distribuidores y desarrolladores será garantizar que los dispositivos inteligentes dirigidos al público infantil no solo cumplan funciones innovadoras, sino que también estén diseñados bajo criterios robustos de seguridad, privacidad y responsabilidad social.