La empresa iProov presentó su nueva solución de autenticación biométrica facial, iProov Workforce MFA, con el objetivo de mejorar la seguridad en el entorno laboral. Esta innovadora herramienta, certificada por la FIDO Alliance, permitió la verificación de identidad sin necesidad de dispositivos adicionales, mitigando riesgos como el robo de identidad y la apropiación de cuentas.

Imagen: iProov
En un contexto donde la seguridad digital enfrentaba constantes desafíos, iProov lanzó una nueva solución de autenticación biométrica orientada a fortalecer la protección en los espacios de trabajo. iProov Workforce MFA se presentó como una alternativa avanzada para evitar el robo de credenciales y reducir costos asociados con la administración de contraseñas, ofreciendo compatibilidad con proveedores de identidad como Microsoft Entra ID, Okta y Ping Identity.
El aumento de los ciberataques y la complejidad del trabajo remoto incrementaron la exposición de los sistemas empresariales a amenazas sofisticadas. Según Gartner, los procesos de restablecimiento de contraseñas representaban el 40% de las llamadas a servicios de soporte técnico, con un costo promedio de 70 dólares por caso, lo que evidenciaba la necesidad de soluciones más eficientes.
“Las identidades podían verse comprometidas en cualquier etapa del ciclo de vida del usuario, desde la incorporación hasta la desvinculación. Con la proliferación del teletrabajo y el uso de múltiples dispositivos, la seguridad debía ser accesible, confiable y sin fricciones”, afirmó Andrew Bud, fundador y CEO de iProov.
Seguridad escalable y resistente a amenazas
iProov Workforce MFA incorporó autenticación biométrica con detección de prueba de vida, lo que garantizó que solo los usuarios autorizados pudieran acceder a los sistemas. Su implementación no requirió dispositivos específicos ni hardware adicional, lo que facilitó su adopción a gran escala sin generar costos elevados para las empresas. Además, su integración con protocolos como OpenID Connect (OIDC) permitió una configuración ágil sin necesidad de modificaciones en los sistemas existentes.
Las crecientes amenazas impulsadas por inteligencia artificial y el desarrollo del Crimen-como-Servicio (CaaS) posibilitaron que los ciberdelincuentes llevaran a cabo ataques cada vez más sofisticados. Ante este panorama, iProov Workforce MFA fue diseñada para brindar protección contra intentos de suplantación, ataques de inyección digital y otros métodos utilizados para vulnerar la seguridad de las cuentas empresariales.

Imagen: IProov
Beneficios clave de iProov Workforce MFA
- Autenticación sin esfuerzo: Al basarse en biometría facial, la verificación de identidad fue más rápida y sin dependencias de dispositivos físicos.
- Protección contra phishing: Eliminó el uso de contraseñas y otros factores de autenticación vulnerables a ataques de ingeniería social.
- Reducción de costos: Minimizó la necesidad de tokens físicos y llamadas de soporte técnico relacionadas con contraseñas.
- Escalabilidad y facilidad de integración: Fue compatible con múltiples plataformas y proveedores de identidad sin requerir cambios en la infraestructura existente.
- Seguridad en tiempo real: Implementó detección y respuesta gestionada (MDR) desde el Centro de Operaciones de Seguridad de iProov (iSOC), que monitoreaba amenazas emergentes.
Con el lanzamiento de iProov Workforce MFA, la empresa reforzó su posición en el mercado de autenticación biométrica, brindando una alternativa escalable y resistente a amenazas para la protección de identidades en el entorno laboral. A medida que las organizaciones adoptaban modelos de trabajo híbrido y remoto, la necesidad de soluciones de seguridad más avanzadas se volvió imprescindible. Con esta innovación, iProov ofreció a empresas y gobiernos una herramienta clave para mitigar riesgos y garantizar la seguridad digital en un mundo cada vez más interconectado.
Además, la solución permitió que los equipos de TI se enfocaran en iniciativas estratégicas en lugar de administrar restablecimientos de contraseñas y accesos comprometidos. Su adopción contribuyó a reducir significativamente el tiempo y los recursos destinados a la seguridad laboral, lo que mejoró la productividad en las organizaciones.