El ecosistema emprendedor colombiano continúa ganando fuerza gracias a la combinación de inversión extranjera, programas de aceleración y respaldo de compañías tecnológicas con presencia en el país. Iniciativas como las ofrecidas por Infobip muestran cómo el acompañamiento estratégico puede acelerar la consolidación de nuevas empresas en diversos sectores de la economía digital.

Imagen: InfoBip
La consolidación de startups en Colombia ha venido acompañada por un entorno cada vez más propicio para la innovación, caracterizado por un mayor acceso a capital, acompañamiento técnico y una infraestructura tecnológica más robusta. Según el “Colombia Tech Report 2023-2024”, actualmente existen más de 1.700 startups activas en el país, lo que refleja un ecosistema dinámico y diverso, impulsado en gran parte por la articulación entre actores públicos, privados y multilaterales.
Una tendencia que se ha afianzado en los últimos años es la participación activa de compañías tecnológicas globales que, a través de programas de apoyo, han permitido que nuevas empresas escalen sus modelos de negocio sin comprometer su estabilidad financiera. Entre estas iniciativas destaca Startup Tribe, impulsada por Infobip, una plataforma global de comunicación en la nube que opera en América Latina.
Este programa está diseñado para acompañar a startups en etapa temprana, ofreciéndoles no solo créditos gratuitos para el uso de herramientas tecnológicas avanzadas, sino también mentoría empresarial, acompañamiento técnico y visibilidad internacional. Los beneficios han sido clave para sectores como fintech, healthtech, comercio electrónico, turismo, educación digital y sostenibilidad, que enfrentan desafíos particulares en sus primeras etapas de crecimiento.
“Las startups necesitan software de alto nivel para competir, pero también deben administrar cuidadosamente sus recursos. Ahí está el gran desafío”, explicó Lucija Reic, Líder del Ecosistema de Startups en Infobip. Los créditos que otorgan les permiten implementar herramientas como autenticación de doble factor, gestión de atención al cliente, chatbots y estrategias de marketing omnicanal, sin incurrir en costos que puedan comprometer su liquidez.
Entorno regional y visión a largo plazo
Este tipo de iniciativas no son aisladas. De acuerdo con cifras compartidas por Infobip, solo en 2024 América Latina recibió USD 4.200 millones en inversión para startups, con un crecimiento del 27% frente a 2023. Esto indica un renovado interés de inversionistas en la innovación regional y crea un entorno propicio para programas como Startup Tribe, que ya ha invertido más de 328.000 euros en emprendimientos de la región, y más de 3 millones de dólares en créditos tecnológicos a nivel global.
La estrategia de Infobip ha sido crear un ecosistema sostenible, en el cual las startups beneficiadas puedan crecer y convertirse en clientes de largo plazo. De este modo, se genera un círculo virtuoso de inversión, colaboración y desarrollo que beneficia tanto a los emprendedores como a los proveedores de soluciones tecnológicas.
En el contexto colombiano, esto ha significado que proyectos emergentes con modelos de negocio ágiles —y en muchos casos autofinanciados— puedan acelerar su llegada al mercado sin los obstáculos financieros que suelen limitar su escalamiento.
Angélica Arévalo, Líder de Estrategia de Desarrollo de Negocio de Infobip para la región, destacó que “más allá del apoyo financiero, este tipo de acompañamiento genera comunidad, aprendizaje compartido y conexiones con otros actores clave del ecosistema emprendedor”.
El crecimiento sostenido del ecosistema de startups en Colombia depende de múltiples factores, entre ellos, la articulación con actores tecnológicos globales que aportan recursos, experiencia y visión de largo plazo. Iniciativas como Startup Tribe refuerzan la idea de que el desarrollo tecnológico no es solo una meta empresarial, sino un esfuerzo colectivo que necesita de cooperación para prosperar.
En un país donde la transformación digital es una prioridad estratégica, este tipo de alianzas podrían marcar la diferencia entre ideas que se quedan en el papel y aquellas que logran convertirse en casos reales de éxito empresarial.